Entrada breve hoy, más por el simbolismo que por el contenido del post.
El domingo 31 de diciembre corrí, 2 años después, una prueba con dorsal. Llevaba desde que me lesioné en la Media Maratón de Toro 21 sin entrenar carrera (si, hice el Half de Pamplona pero ya habras leido que corrí los 20 kms sin entrenar ni un sólo km) asi que, aunque ya no tengo molestias en las piernas y parece que tanto el Aquiles como la rodilla me están dejando entrenar, tenía claro que una prueba tan exigente como el cross y con mis pocos kms de cacos en las patas, iba a ser duro.
Hago la última subida casi andando, y trato de correr en el trozo de prado que hay, pensando en que me va a esprintar Manu si tiene fuerzas, aunque al final no me pasa.
Sensaciones?? En el lado negativo pongo que veo que me falta muchísimo volumen para poder empezar a meter ritmo, y que hace justo 2 años lo corri en 36 minutos; En el lado positivo? Lo mejor de todo: aunque al día siguiente parecía Chiquito de la Calzada de las agujetas, tenía 0 dolores en Aquiles y Menisco, ¡¡y eso vale oro!!
Como todos los años, lo mejor el servicio post-meta: Unas cervezas con los compis, analizando por qué hay tal disparidad de distancias y tiempos (casi 1 km en 8-9 es una barbaridad)
Como puede haber 1km de diferencia en este recorrido? |
y luego un vermú torero con los amigos por la Rondilla, y es que nada puede salir mal si acabamos comiendo panceta en el Vikingos para despedir el año...
Clasificacion Final Aqui:
Puesto 176/634 | Tiempo 0:40:05
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