En breve las vacaciones de verano, tan necesarias para desconectar de la rutina (y sobre todo de la oficina). A pesar de las ganas de desconectar, dado que a mi vuelta está el Tri de Valladolid, no puedo abandonarme asi que habrá que mirar la manera de entrenar allí.
Por descontado, no voy a llevarme la bici. 800 kms en el portón son demasiados tanto para la flaca como para el propio coche, aparte que no me gusta un pelo la manera de conducir de allí, con demasiados turistas con mucha fiesta y pocas horas de sueño conduciendo. Siempre he mirado con asombro a las grupetas ciclistas que veía por la mañana cuando estaba preparando el maratón de Berlín.
Llevar el neopreno supone una pequeña bolsa que puede ir en el hueco de la rueda de repuesto, o incluso debajo de los asientos. El espacio en este caso no sería un problema, pero si el cuando y donde entrenar.
Por un lado, mi desconocimiento de esas aguas y el tremendo respeto que le tengo a nadar en el mar, hacen que haya escrito a todos los clubes de triatlon que he visto en la zona de málaga preguntandoles tanto sus dias/horarios de nado, como las zonas en las que se puede/debería nadar.
Por otro lado, aunque el agua esté a 22-24 grados, si me embuto en un neopreno habiendo 35º en la playa y estando ésta llena de guiris y paisanos tomando el sol, voy a dar demasiado el cante, así que lo más probable es que si finalmente tengo que nadar sólo, lo haga a primera hora de la mañana.
Correr voy a correr. En mi mente, que luego habrá que ver la pereza qué me permite hacer, está el salir a correr en días alternos, haciendo uno de ellos un rodaje largo, en torno a 12-15 kms, y el siguiente un fartlek de unos 8-9 kms más intensos, tratando de jugar con tiempos entre 4:10 y 4:45
Si encuentro un minuto libre, pintaré un calendario de entrenos en un excel y luego trataré de ir actualizandolo para ver mi grado de cumplimiento...
No hay comentarios:
Publicar un comentario